Sin duda alguna, los padrillos son la estrella de un haras. Son su carta de presentacíon. El fuerte líbido del padrillo árabe hace de él un espectáulo siempre admirable. La impronta que transmiten sobre toda una producción a través de muchas generaciones, exige un rigor extremo al momento de elegirlos, cuidando cada aspecto de su conformación, personalidad y probada genética.
Aquí recordamos caballos que fueron parte de nuestro plan de cría y siguen influenciando nuestra producción.